Invitamos a Karla Zúñiga Santillán, egresada de la Licenciatura en Ciencias de Comunicación y actualmente jefa académica de Bachillerato en la Universidad La Salle Pachuca, para compartir con nosotros su proyecto “Tibetcito”, una organización cuyo objetivo es humanizar servicios a través de la empatía y el amor.

La Salle siempre ha tenido el compromiso de fomentar en sus estudiantes el interés por las causas sociales, invitándolos a mirar más allá de su entorno para convertirse en seres más conscientes, sensibles y humanos. Esto, nos cuenta Karla, fue lo que más le atrajo de estudiar en la universidad, y lo que la motivó a forjar, junto con el doctor Miguel Cruz y la doctora Fanny Torres, el camino que hoy recorren con su equipo.

Tibetcito se dedica a intervenir en organizaciones tanto gubernamentales como no gubernamentales. Su equipo trabaja para humanizar espacios como hospitales, casas de reposo, centros de rehabilitación y casas hogar, ofreciendo capacitación a voluntarios y talleres para el personal de salud y estudiantes de medicina.

Para lograr materializar este sueño tan ambicioso, el equipo de Tibetcito ha enfrentado varios desafíos, siendo uno de los más grandes la resistencia. Costó tiempo y esfuerzo hacer que las autoridades creyeran en el proyecto y en el poder transformador del acompañamiento emocional a los pacientes. Un reto aún mayor ha sido la carga emocional que conlleva este trabajo: “Es muy difícil estar todo el tiempo conectado con la vulnerabilidad de los demás y, sobre todo, con la tuya propia”, nos confiesa Karla.

A pesar de haber comenzado como un proyecto pequeño hace casi cuatro años, hoy Tibetcito cuenta con alrededor de cien voluntarios activos, 28 mil personas impactadas en 2024 y alianzas con instituciones como AMANC, el DIF Hidalgo y, por supuesto, La Salle Pachuca.

En el Bachillerato de La Salle Pachuca, el proyecto “Uniendo Corazones, Inspirando Acción” permite a los estudiantes aplicar sus habilidades en casas de reposo, fomentando en ellos un sentido de servicio y humanidad.

Crear Tibetcito fue un camino arduo que requirió sacrificios y mucho esfuerzo, pero, como reconoce Karla, este reto siempre es mayor para las mujeres: “Implica ocupar tu espacio, hacer valer tu voz, creer en el proyecto”, derribar las barreras sociales y vencer nuestras propias inseguridades alimentadas por creencias limitantes. Sin embargo, Karla ve cada uno de sus logros como “un acto revolucionario”, un paso que no solo beneficia a quienes ayudan, sino que también abre el camino para las futuras mujeres líderes y emprendedoras.

Es esencial que sigamos promoviendo la presencia y el liderazgo femenino en todos los ámbitos, desde proyectos sociales hasta grandes empresas. Las mujeres líderes no solo inspiran, sino que abren puertas y transforman realidades, demostrando que su voz y su trabajo tienen el poder de cambiar el mundo. A través de ejemplos como el de Karla, vemos que la capacidad de liderazgo femenino es fundamental para construir un futuro más equitativo y lleno de oportunidades para todas.

Comenzamos a cambiar el mundo cuando decidimos ver la cruda verdad de nuestro entorno, cuando nos convertimos en versiones más humanas y humildes de nosotros mismos, y cuando nos comprometemos a hacer algo por los demás, por más pequeño que sea. La verdadera riqueza humana no reside en el reconocimiento, sino en la capacidad de mirar más allá de uno mismo. Como dijo Karla con pasión:“Eres feliz para ti, pero eso al final no te va a dejar la misma riqueza como ser humano que mirar más allá de ti mismo”.

Agradecemos infinitamente a Karla por la entrevista. Si desean conocer más o participar en este proyecto, pueden seguir a Tibetcito en sus redes sociales (facebook/tibetcito).

¿Quieres escuchar la entrevista completa? Escucha el podcast COMUNIDAD, aquí dejamos el enlace de Spotify. ➡️