A unos días de terminar la universidad Güilu Serrano Ferrer nos comparte sus logros y experiencias como estudiante de Ciencias de la Educación.

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Elegir una carrera no es una decisión fácil de tomar. Por desgracia la formación que tenemos desde que somos niños no nos impulsa a encontrar lo que nos apasiona para poder llevarlo a cabo de manera profesional. Hoy, más que nunca, el país necesita en el sector educativo personas que encuentren en su labor la capacidad de inspirar a las siguientes generaciones de nuestro país.

La tarea que tiene la Universidad La Salle Pachuca es precisamente dejar huella en cada uno de los alumnos que pasan por sus aulas. Es por eso que cuando los papeles se invierten, y el alumno es quien marca a la institución, debemos de parar por un momento para recordar lo que su estadía en la Universidad nos deja como comunidad.

Güilu Serrano Ferrer comprendió desde el primer momento que más allá de la teoría y la formación académica que podría recibir en la carrera de Ciencias de la Educación, su misión como profesionista tenía que trascender de otra manera: “Estudiar esta carrera significa formar una perspectiva propia de lo que es y puede ser la educación. Siento que esta es una de las cosas que te da La Salle Pachuca: no te limita a verla de una sola manera sino te invita a vivirla de una forma más real.”

Bajo las distintas corrientes que encontró en la carrera, Güilu descubrió que la docencia debe de ir acompañada de otras áreas como la gestión educativa y la investigación. Esto con la finalidad de complementar sus conocimientos para proponer un proyecto en beneficio de la comunidad y el contexto que la rodea ¿El resultado? Una investigación en busca de encontrar soluciones a un problema muy cotidiano para todos: La procrastinación.

“Todo inició como un proyecto para una materia. Leí sobre el tema en una revista y me interesó mucho porque me di cuenta que era algo que yo hacía. Con esto en mente comencé a realizar encuestas para ver cómo afectaba la procrastinación a mis compañeros en su desempeño académico”. La acción de postergar nuestros deberes por otras actividades más placenteras es un problema muy común de nuestros tiempos. Sin embargo hay muy pocas acciones académicas que generan conocimiento y soluciones para atenderlo.

Güilu logró conjuntar todo esto en un proyecto que no solo le valió el reconocimiento de sus maestros sino que la llevó a ganar el tercer lugar del Encuentro Nacional de Jóvenes Investigadores 2017 organizado por el CONACYT. “Cuando comencé a realizar este proyecto en quinto semestre nunca creí que iba a llegar al nacional, pero el apoyo de la Mtra. Ivonne Palestina me hizo valorar mucho más mi trabajo y el trabajo en general de los docentes en la investigación”.

A la par de las emociones y experiencias que fue competir con los mejores investigadores de su edad en el país, el tramo final de su camino por la licenciatura le tenía preparado una última recompensa a su esfuerzo y dedicación. A tan solo tres días de irse al nacional en Tabasco, recibió la invitación personal para realizar una pasantía en Washington.

Representando a Hidalgo con su proyecto de procrastinación Güilu tuvo la oportunidad de trabajar sus ideas con profesores del más alto nivel en temas de política educativa, desarrollo de proyectos e innovación. Todo lo aprendido era aplicado en su trabajo con la asociación 826DC enfocada en visitar escuelas públicas para mejorar las habilidades de escritura con niños de seis y dieciocho años.

“Valoré mucho la oportunidad de poder entrar a realizar trabajo de campo en escuelas porque no es tan fácil ir a otro país y que te tengan la confianza de trabajar de lleno con niños”. Con todo este aprendizaje Güilu tiene la invitación para implementar en conjunto con el Washington Center un programa para los nuevos alumnos que llegan cada semestre. La meta es generar estrategias en busca de disminuir la procrastinación en estudiantes universitarios.

Sin embargo, sus planes, por el momento, marcan un rumbo distinto: Implementar su programa con estudiantes de Hidalgo, trabajar como docente y en el áSin embargo, sus planes, por el momento, marcan un rumbo distinto: Implementar su programa con estudiantes de Hidalgo, trabajar como docente y en el ámbito administrativo de la educación, para después, buscar la oportunidad de volver al extranjero a continuar su aprendizaje sobre el vasto mundo de la docencia. “Quiero probar diferentes cosas para poder elegir o darme cuenta qué es lo que más me gusta en la práctica profesional. Cuando te alejas de tu familia y del lugar donde creciste creo que es más fácil verte a ti misma para encontrar las cosas que quieres para tu futuro”.

Como institución solo nos queda agradecer la oportunidad que Güilu Serrano Ferrer nos dio de compartir sus sueños durante cuatro años. Confiamos que el camino que tome estará lleno de éxito y deseamos que continúe conquistando todas las fronteras que se crucen en él. Nos quedamos con el compromiso con el cual transitó la carrera de Ciencias de la Educación y la visión que se queda en esta universidad de vivir la docencia como una oportunidad de transformar el mundo.

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