“Para mí este premio es un reconocimiento a dos cosas muy importantes: por un lado, a la vocación, y por otro lado a lo que yo llamo denominación de origen. El hecho de vivir 23 años en el Estado de Hidalgo, también es parte de ese reconocimiento porque mucha de la obra que he escrito la produje aquí”.

“Gran parte de mi trayectoria literaria ha estado acompañada del ser maestro aquí en la escuela, primero en Bachillerato, luego en la Universidad, y ahora en la dirección y creo que ha sido también un camino de mucho aprendizaje. Creo que esto de construirse y deconstruirse como persona va madurando muchas cosas y aunque sigan ahí temores, miedos o incertidumbres, uno va enriqueciéndose”.

“Lo que recibí de la Universidad fue la escucha del aprendizaje de lo que pude obtener de los propios alumnos, uno va creciendo con las distintas generaciones y ha sido un aprendizaje invaluable. Como comunidad, he aprendido el sentido de pertenencia. Aunque a veces pueda ser algo disruptivo, siempre me he sentido muy cercano a los valores de La Salle, y creo que he intentado aportar darle imaginación, poesía, libertad a la institución y eso tiene grandes ganancias y beneficios. Este premio en particular es un poco como afirmar o confirmar un trabajo de mucho tiempo, pero también es la oportunidad de empezar de nuevo, de moverte a otras instancias, ahora me pregunto ¿qué hice? es como un feedback, pensar que el trabajo debe seguir”.

“No dejen de creer en sus propias motivaciones, los sueños se van modificando, amoldando, esa parte nos permite valorar muchas cosas, valorar la posibilidad de hacerlos reales. A la comunidad, continuemos abriendo espacios para la creación artística, creo que es hoy más que nunca es muy necesario para todos, para que los más jóvenes tengan la posibilidad de hablar y de sacar sus necesidades, que se conviertan en un grito, en una obra de arte”.